En la hora en que todo enmudece,
en la hora que todo se aquieta
que solo las sombras
reinan en las calles,
a esa hora me acuerdo de ti.
Cuando la luna me baña
y me aviva, me acuerdo de ti.
Pasajes sin calles,
solo árboles y lápidas.
Y yo, me acuerdo de ti.
Es mi hora…
La hora de los muertos.
Y ahí, me acuerdo de ti.
Pasado sin presente ni futuro
manos descarnadas,
huesos que te llaman.
A pesar de mi muerte,
a pesar de ya no ser,
me acuerdo de ti.
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